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Greenpeace: Campaña para salvar los Océanos

(Nota actualizada el 27 de Noviembre de 2019)

Una estación de servicio en el mar


Cada día de viaje en alta mar a bordo de nuestro barco Esperanza es una experiencia única. Y otra vez me volví a sorprender.

Mis compañeros y yo encontramos un buque tanque que funciona como una estación de servicio flotante, muy cerca del Mar Argentino. Este monstruo no es una nave cualquiera. Tiene una capacidad de combustible de 17 millones de litros de gasoil y es clave para proveer a los pesqueros que saquean el hogar de especies marinas en peligro.


Varios de nuestros activistas se subieron a dos gomones y pudieron alcanzarlo. La imagen era imponente: 144 metros de largo y siete pisos. Lo filmamos, sacamos fotos, y lo mostramos al mundo. 


Cada año más de 400 barcos llegan hasta el límite de nuestro mar en búsqueda de merluza y calamar. Y pueden pescar sin parar porque compran gasoil en el medio del océano. Así evitan regresar a puerto durante meses.

Esto pasa en aguas internacionales, donde no hay controles ni regulaciones. Las estaciones de servicio marítimas operan libremente. Los pesqueros arrasan los recursos marinos y nada los detiene. Queremos que se sepa.

Para frenar la sobrepesca y el daño a la vida marina necesitamos que los representantes de diferentes países del mundo aprueben un Tratado Global de los Océanos. Es la única manera de salvarlos de la explotación.

Las aguas de alta mar son de todos y entre todos debemos protegerlas!!!

Luisina Vueso Campaña de Océanos

Por la protección del Mar Argentino 
Greenpeace enfrentó a buque surcoreano 
pescando en el Atlántico Sur 

Activistas de Greenpeace enfrentaron en aguas internacionales del Atlántico Sur al buque pesquero surcoreano Meridian N°8, uno de los 400 barcos que cada año saquean el hogar de decenas de especies marinas en peligro. Según organismos internacionales como el CCAMLR (Antártida) y SEAFO, el pesquero cuenta con un historial de actividades ilegales de pesca, registrado años atrás. 


La organización ambientalista navegó en el barco Esperanza hasta el Agujero Azul, un ecosistema marino único para frenar a uno de los buques pesquero que realiza prácticas destructivas. Mientras pescaban los activistas escalaron hasta asomarse a la cubierta del barco y desplegaron el cartel: "Sobrepesca = Crimen Ambiental". Al finalizar, pintaron “Saqueadores” sobre el casco del buque.


“Lo que hoy evidenciamos en alta mar es muestra de que los océanos necesitan ser protegidos con urgencia. La falta de control y regulación de las aguas internacionales le permite a las pesqueras saquear y vulnerar el Atlántico Sur, dejando al océano al borde del colapso. Es por esto que desde Greenpeace exponemos una problemática  invisible para muchos; y así generar toda la presión pública posible para que los gobiernos del mundo acuerden en la ONU un tratado global por los océanos para proteger a la vida marina a través de la creación de una red de santuarios”, señaló Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace Andino.


Más de 400 buques pesqueros al año se instalan el Agujero Azul, una de las dos regiones de alta mar en el mundo que cuenta con características oceanográficas únicas. Aproximadamente a 500 kilómetros del Golfo de San Jorge en la Patagonia Argentina este lugar cuenta con una plataforma continental que se extiende más allá de la zona económica exclusiva (ZEE), lo que la convierte en una de las regiones más codiciadas por las pesqueras.  


Según un reciente informe de Greenpeace, los pesqueras en esta región con frecuencia incurren en prácticas ilegales y desreguladas; realizan actividades en contravención de leyes nacionales, regionales e internacionales, como cuando entran en la ZEE de forma ilegal; no reportan o informan todas sus actividades u operaciones y capturas en alta mar; realizan pesca con embarcaciones sin bandera.  Además, sus técnicas son devastadoras, sumamente dañinas y nocivas para el ambiente.


El interés de los buques en esta región es la pesca comercial de merluza, merluza negra y el calamar. Algunos buques pueden llegar a medir hasta 95 metros de eslora (casi el tamaño de una cancha de fútbol).

“Solo el 1% de los océanos del mundo está protegido. A principios del 2020  los gobiernos tienen en la ONU la oportunidad de proteger al menos el 30% de los océanos para 2030 de la amenaza de las industrias, entre estas, la  pesquera”, finalizó Vueso.


Pablo Martín, Eduardo Sacheri y Joaquín Furriel
acompañan a Greenpeace en esta Campaña 
para Salvar los Océanos


Eduardo Sacheri se suma a la Campaña para Salvar los Océanos


Con textos escritos en forma exclusiva para Greenpeace Argentina reclama por la defensa de nuestro Mar Argentino  

El océano tiene un mensaje para vos - Eduardo Sacheri y Greenpeace Argentina


El barco de Greenpeace “Esperanza” llegó a la región para denunciar el daño en el sistema marino por parte de la industria pesquera en el Atlántico Sur.

La visita se realiza en el marco de la travesía que Greenpeace está llevando adelante desde el Polo Norte y hasta la Antártida para exponer las amenazas que enfrentan los océanos y pedir a las Naciones Unidas que proteja el 30 por ciento de las aguas internacionales para 2030.


Para sumarse a esta campaña, el reconocido escritor argentino Eduardo Sacheri, creador de éxitos como La pregunta de sus ojos, La noche de la usina, su reciente lanzamiento Lo mucho que te amé, escribió unos textos alusivos que refleja lo que sucede en nuestros Océanos.

Desde Greenpeace se viene denunciando que más de 400 buques pesqueros se instalan al año en aguas internacionales, a la altura de Puerto Madryn, al límite del Mar Argentino.

Greenpeace expondrá las prácticas destructivas de los barcos pesqueros industriales de distintos lugares del mundo y las operaciones que llevan a cabo en la región, a costa de las especies y el ecosistema marino. En el hábitat amenazado viven decenas de especies, entre ellas pingüinos, elefantes marinos, aves diversas, y la icónica ballena franca austral.



Textos de Eduardo Sacheri

TEXTO 1:

Puede ser que cuando ustedes me miran, tengan la sensación de que no tengo límites. Es tal la inmensidad que parece que estuviese más allá del tiempo. Más allá de todo. Y sin embargo, se equivocan.

Por detrás de esa imagen que les brindo, que los lleva a suponerme perpetuo, que les conduce a pensarme indestructible, soy frágil, sufro, estoy lejos de tener asegurada la vida para siempre.

La pesca indiscriminada y destructiva, que se desentiende del equilibrio y el futuro de los océanos, provoca un daño directo y muy profundo en las especies y en los hábitats que necesitan para seguir existiendo.

Greenpeace participa en las últimas etapas de un largo proceso para lograr un tratado por los océanos de gran escala. La Organización de Naciones Unidas tiene la oportunidad de establecer reglas sólidas para crear y gobernar santuarios marinos que proteja la vida marina y los hábitats en los océanos.

Aunque no parezca, sí tengo límites, y necesito, mucho, que aprendan a respetarlos. Porque así como los seres humanos son capaces de matarme, también son capaces de salvarme la vida.



TEXTO 2:

¿No la da sensación de que nada fuera a interponerse ante este despliegue de armonía? ¿No parece imposible que algo sea capaz de frenar el empuje vigoroso de estos gigantes que parecen siempre listos para aventurarse más allá de los límites del horizonte?

Parece. Pero no. Porque las apariencias engañan. Cada año más de 400 buques pesqueros llegan al Atlántico Sur y con sus prácticas de pesca dañinas y nocivas ponen en riesgo la vida y el hogar de la ballena franca austral.
Los barcos pesqueros son mucho más veloces, pescan sin control, lastiman a las ballenas con sus cascos de acero y sus redes gigantescas, y ponen en peligro el equilibrio alimentario de numerosas especies.

Greenpeace participa en las últimas etapas de un largo proceso para lograr un tratado por los océanos de gran escala. La Organización de Naciones Unidas tiene la oportunidad de establecer reglas sólidas para crear y gobernar santuarios marinos que proteja la vida marina y los hábitats en los océanos.

Porque son fuertes, son incansables, son majestuosas. Pero no pueden seguir siéndolo sin nuestra ayuda.


El reconocido chef Pablo Martín cocinó para los activistas en el Barco Esperanza de Greenpeace 


Pablo Martín es una de las personalidades que se suman a la campaña de Greenpeace, para la protección del Mar Argentino de la pesca destructiva.

Recientemente, la ONG publicó un informe que revela los impactos de la industria pesquera en la región, y el modo en que afecta el hábitat de especies icónicas como la ballena franca austral.


El reconocido chef de la alimentación consciente, Pablo Martín se hizo presente en el barco Esperanza de Greenpeace durante los días que el Barco estuvo en Buenos Aires, para preparar un menú vegano y con alto contenido proteico para los activistas de la organización, antes de que partan hacia el Mar Argentino a denunciar a las pesqueras que destruyen el ecosistema con técnicas de pesca nocivas.


Pablo Martín le cocinó a toda la tripulación y sus activistas una hamburguesa de lenteja y arroz yamaní con mayonesa de zanahoria y un postre energético con yogurt vegano, frutos secos y frutas de estación. Su receta original quedó en el barco para que puedan replicarla antes de las acciones que Greenpeace llevará adelante.


La visita se realiza en el marco de la travesía que Greenpeace está llevando adelante desde el Polo Norte y hasta la Antártida para exponer las amenazas que enfrentan los océanos y pedir a las Naciones Unidas que proteja el 30 por ciento de las aguas internacionales para 2030.


Pablo Martín estudió gastronomía y periodismo. Se desempeñó en destacados hoteles 5 estrellas. Su trabajo se destacó junto a Claudio M. Domínguez, con quien trabaja actualmente, en Radio Pop, Radio 10 y Revista Una vida Mejor. Además, publicó notas periodísticas y recetas en destacados medios.

A mediados del 2013 lanzó la primera revista de alimentación consciente “Cocina Consciente” en su país.

En agosto de 2011 publicó su primer libro de cocina consciente “Con probar no perdés nada”, en 2012 “Detrás de los alimentos”, en 2013 “Medicalimentos y Vitanutrientes” y “La Re-Evolución de la cocina”, en 2014 “Detené la diabetes”, en 2015 participó en el libro “Estimula tu inmunidad naturalmente” y en 2016 “Fast Food Consciente”.

Actualmente participa en los programas “Cocina Fácil” (Fox Life), “Súper express” (Fox Life) y “Tu vida más simple” (Fox Life). Además participó en programas como “Baires Directo” (TELEFE), “Cocineros Argentinos (Televisión pública), AM (TELEFE), "La mesa está lista" (CANAL 13), "Cocina sobre ruedas" (America TV), etc.”.

Desde hace varios años viaja por el interior de la Argentina y algunos países de América y Europa dando talleres de “Alimentación Viva” y “Alimentación Consciente”.


Joaquín Furriel, en campaña para defender el Mar Argentino 


El reconocido actor se sumó a la campaña de Greenpeace “Protejamos el Mar Argentino” y viajó hasta Puerto Madryn para visitar el santuario ballenero de Puerto Pirámides, en la Península Valdés. Fue acompañado por Roberto Bubas, guardafauna en la península desde hace más de 25 años, que fue reconocido por su trabajo con las orcas y cuya historia inspiró la película “El Faro de las Orcas”.


“Estamos acá para proteger el hogar de la ballena franca austral. El Mar Argentino está en peligro por la pesca industrial que destruye el hogar de esta especie icónica para nuestro país. No permitamos que esto ocurra. Defendamos juntos el Mar Argentino”, sostuvo Joaquín Furriel, durante la visita a Pirámides.


“La crisis del ambiente marino es una crisis que resulta de modelos económicos que depredan la naturaleza. El saqueo del recurso pesquero en los límites de nuestro Mar Argentino pone en peligro no sólo a especies emblemáticas sino también a la humanidad toda, y es nuestro deber ponerle freno", agregó el experto Bubas.


Según la organización ambientalista, más de 400 buques pesqueros al año se instalan en la región de altamar conocida como Agujero Azul, en el océano Atlántico. Específicamente a 500 kilómetros del Golfo de San Jorge en la Patagonia Argentina, este lugar cuenta con una plataforma continental marina que se extiende más allá de la zona económica exclusiva, lo que la convierte en una de las regiones más codiciadas por las pesqueras.


Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace, sostuvo: “Esta es otra muestra de la falta de control y regulación de las aguas internacionales que le permite a las pesqueras saquear el océano y vulnerar su biodiversidad. Solo el 1% de los océanos globales está protegido y los gobiernos en la ONU tiene la oportunidad histórica de cambiarlo y proteger al menos el 30% de los océanos para 2030. Es urgente proteger el hogar de nuestras ballenas de las amenazas de la industria pesquera”.  


Mas acciones de GREENPEACE junto a otros Activistas que están defendiendo el MAR ARGENTINO








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